lunes, 13 de septiembre de 2010

LAS AGUAS REVUELTAS DEL PSOE DE MADRID


El PSOE de Madrid se había convertido en una organización revuelta sin líderes que tuvieran capacidad para gobernarla, era una organización como las aguas del mar cuando están agitadas.

Esto sucedió hasta que llegó Tomás Gómez, el cual se le designó la responsabilidad difícil para él e imposible para otros de calmar la tempestad y tranquilizar las aguas. Después de haber realizado eficazmente este trabajo algunos consideraron que ya no era necesario, lo cual se le ha dado la orden de que él no recogiera el fruto de su trabajo y  que este fruto lo tenían que recoger los que no habían trabajado en esta tarea. Estas son las dos formas de actuar en la política.

Hay que respetar los derechos del militante y a nadie se puede tratar como si fuera un esclavo al servicio de una minoría. Cualquier militante de un partido democrático tiene el derecho de decir sí cuando crea que debe de decir sí y decir no cando crea que deba de decir no. Tomás Gómez ha dicho sí porque se ha visto capacitado para serenar las aguas y ha dicho no a algunos que ya no lo consideraban útil.

Tomás Gómez pone los intereses de los ciudadanos por encima de los intereses individuales, ahí es donde conecta con la militancia, ya que estos son los que representan verdaderamente a los ciudadanos y los problemas de los ciudadanos son problemas de ellos.

Por el lado contrario están aquellos que solo buscan controlar el poder en beneficio propio. Tratan de mantenerse en el poder a base de meter un amigote en cada lugar para que les controlen las pequeñas zonas hasta el punto que no dejen mover a nadie y obedezcan a la voz del jefe. Estos no son líderes ni tienen capacidad de liderazgo,  son portavoces del jefe que tienen por arriba, funciona como si fuera un régimen  jerárquico dentro de una organización. En lo que se esfuerzan es en hacer muy buenas campañas publicitarias para animar a la militancia y a los ciudadanos. En los congresos del partido cada uno ya tiene su misión de controlar su zona para mantenerse todos en el poder, si alguno se desmarca de los de arriba sabe que es el fin de su vida política. Estos son muy astutos, pero carecen de buenas iniciativas.

Las consecuencias que esto trae es que cuando un partido gobierna mal y los ciudadanos deciden que sea otro partido quién los gobierne, resulta que los nuevos gobernantes son igual de malos que los anteriores o aun peores. En este caso quién sale más beneficiada es la derecha y quienes pierden son los ciudadanos frente a los especuladores.

Para un partido de izquierdas es mejor perder las elecciones con candidatos honestos que ganarlas con candidatos que solo miran mantenerse en el poder sin importarles como. Al fin y al cabo no hay mucha diferencia entre estos y los de la competencia que están en partidos de la derecha, dirigentes de estos partidos lo reconocen en varios casos.

Las aguas revueltas no solo afectaron a Madrid sino también a otros lugares de España, pero Tomás Gómez en cuanto a su responsabilidad las supo llevar a su cauce, quizás que a los agitadores ya no les interesa la calma y prefieren volver a tener las aguas agitadas. En los hechos es donde se sabe quienes son los verdaderos socialistas, por el fruto se conoce el árbol.

La mejor solución a todos estos problemas esta en la celebración de elecciones primarias y que sean los militantes con su voto libre y secreto los que decidan quienes deben ser los que representen al PSOE, pues la soberanía debe de ser de los militantes ya que son el verdadero partido, todo aquel que cree en el socialismo y quiera ser buen socialista no debe sacarles este derecho.