domingo, 24 de octubre de 2010

EL CINE Y EL TABACO


Se ha prohibido fumar en los locales públicos, en los parques infantiles, en los hospitales y alrededores, etc. Esto esta muy bien, pues es responsabilidad de los gobernantes reducir al máximo el número de muertes por causa del tabaco y para esto hay que deducir el número de fumadores de tabaco incluyendo los pasivos.

Para garantizar el éxito es necesario reducir el número de nuevos edictos, para esto hay que impedir toda clase de publicidad, pero también hay que estudiar bien las consecuencias del tabaco y darlas a conocer. Por ejemplo, el tabaco descalcita el cuerpo lo cual el que fuma desde niño tendrá una talla de altura mucho más pequeña que tendría si no hubiera fumado, esto por ejemplo lo tienen que saber todos los niños y jóvenes. También tienen que saber que no van a ser más importantes porque fumen.

Pero las leyes contra el tabaco se hacen a medias, se ha dejado una puerta abierta a nuevos edictos. Se ha excluido a la industria del cine para que participe en la lucha contra la edición del tabaco.

Se ha dejado una puerta abierta a las industrias tabacaleras para que a través del cine puedan sobornar a los guionistas de las películas para que escriban guiones donde los ídolos del cine aparezcan fumando con el fin de que los jóvenes imiten a sus ídolos.

El sacrificio que se les pide a los demás no se le pide a la industria del cine. Que poder o influencia tienen estos para que se les excluya de esta responsabilidad y además ser subvencionados con dinero de todos.

Ahora tienen la ocasión de demostrar por ellos mismos si están a favor de la salud y de la vida creando bienestar social o aman por encima de todo el lucrarse, porque siendo así no benefician a la sociedad sino que únicamente se benefician de la sociedad lucrativamente.

La desgracia es que cuando las cosas no se hacen bien tampoco pueden salir bien y en la Ley Antitabaco se le ha dejado una puerta abierta a las tabacaleras para que a través del cine puedan atraer a nuevos clientes. Dice el dicho: El que hace la ley hace la trampa.