MENOS CONSUMISMO MENOS ESCLAVITUD PARA SER MÁS LIBRES
Los que se hacen llamar expertos, sabios, entendidos, etc. nos dicen que en el futuro tendremos que trabajar más, esto quiere decir que tenemos que ser aun más esclavos, que tenemos que trabajar más horas y hasta más edad. Esto nos lo dicen los que están ganando grandes salarios a nuestra cuenta y que tienen miedo debido a que ya no saben vivir con lo poco. Lo que estos dicen es lo que nos espera de la política neoliberal globalizada ya que para que unos puedan ganar mucho más dinero otros tienen que trabajar mucho más.
El problema de falta de fondos que profetizan para el cobro de las pensiones para dentro de unos cuantos años, en caso que hubiera tal problema se solucionaría aplicando una política social, que sería repartir a partes iguales lo que se recauda a través de la Seguridad Social, de esta forma ningún jubilado quedaría sin pensión. Claro, esta clase de “entendidos” no acierta estas cosas porque su mentalidad piensa en el gran capitalista pero no en lo social, por eso estos entendidos no entienden.
El neoliberalismo se basa en que trabajemos mucho para que los multimillonarios que dominan el mercado del trabajo ganen más para ser mucho más ricos.
Por otra parte tenemos el ultraliberalismo que nos lleva al mismo camino, ya que se basa en que tengamos muchos vicios y adquiramos muchos lujos para que consumamos mucho más de lo que necesitamos, para que los grandes capitalistas que tienen grandes negocios basados en el consumismo ganen el máximo dinero posible.
Del resultado de estas políticas antisociales heredamos la esclavitud. Cuanto más consumimos más nos endeudamos, más tenemos que trabajar y más contaminamos. Debido a que el neoliberalismo se trata de concentrar el poder en el menor número de personas posible, terminamos haciéndonos todos los demás esclavos de unos pocos, oprimidos, sin posibilidades de poder disfrutar de la compañía de nuestra familia y de nuestra salud tanto física como espiritual.
LA POLÍTICA PARA EL BIENESTAR SOCIAL ES TODO LO CONTRARIO
Se trata de consumir menos, solo lo necesario, para tener que trabajar menos, para vivir mejor dedicando más tiempo a la familia, al ocio y al descanso. Debido a que si consumimos menos podemos permitirnos el lujo de trabajar menos, lo cual trabajarían más personas obteniendo como resultado la reducción del desempleo
EL GRAN PROBLEMA DEL AGOBIO
EL CONFLICTO entre trabajo y familia es una cuestión preocupante para la sociedad. Como in¬dica una fuente, "los constantes y acelerados cambios de la economía mundial, las presiones de la competen¬cia y los avances de la tecnología han difuminado la frontera tradicional entre la vida laboral y la vida fami¬liar". Estos elementos han generado una riqueza sin precedentes, pero ¡a qué precio! "Millones de perso¬nas viven sobrecargadas de trabajo, saturadas de ac¬tividades y abrumadas por las preocupaciones-dice un escritor-. Vivimos en un puro agobio."
Ahora añádanse los efectos desalentadores de la ac¬tual recesión económica. Muchos obreros y oficinistas están perdiendo sus empleos y sus casas. ¡Ya qui¬sieran ellos estar trabajando duro!
Analicemos la magnitud del problema
~ De cada 10 europeos, 6 sufren de estrés laboral.
~ En Estados Unidos, 1 de cada 3 empleados se siente sobrecargado de trabajo todo el tiempo.
~ De cada 3 canadienses, a más de 2 les resulta difícil conciliar el empleo y la familia.
~ Más de seiscientos millones de trabajadores (el 22% de la fuerza laboral del mundo) pasan más de cuarenta y ocho horas semanales en el trabajo.
Tales estadísticas ponen al descubierto una trage¬dia humana de vastas proporciones. Algunos estudios vinculan los horarios de trabajo prolongados e irregu¬lares con mala salud, relaciones tirantes, deficiencia en la crianza de los hijos, separaciones y divorcios.
Muchos trabajadores se sienten agobiados por el trabajo, o se encuentran entre los millones de personas que están desem¬pleadas. ¿Cómo lograr equilibrar mejor el trabajo y la fa¬milia?
“DOBLE JORNADA”
"Al volver del trabajao muchas mujeres tienen que preparar la comi¬da, limpiar la casa, lavar la ropa, ir por los niños a la escuela, ayudarles a hacer las tareas, hacer que se bañen y acostarlos. Terminan rendidas de cansancio." Se calcula que de los 1.200 millones de mujeres trabajado¬ras, millones de ellas se ven enfrenta¬das a esta agobiante "doble jornada". Muchos hombres se hallan en la mis¬ma situación. No obstante, las en¬cuestas revelan que el hombre, por lo general, rehúye las tareas domésticas y que estas siguen recayendo casi ex¬clusivamente en la mujer, sea que tra¬baje fuera del hogar o no. A la mujer en vez de ser liberarda del trabajo, este sistema liberal la ha hecho más esclava.
UNA de las mayores preocupaciones en es¬tos tiempos de crisis económica es tener un empleo fijo que garantice el sostén de la fa¬milia, lo cual no siempre es fácil, sobre todo cuando a miles de trabajadores se los está des¬pidiendo. Si de repente uno se ve desemplea¬do, su objetivo principal es encontrar otro tra¬bajo.
Aun así, hay cosas más importantes en la vida que el trabajo. "¡Seamos realistas! Nin¬gún moribundo dice: '¡Ojala hubiera pasado más tiempo en el trabajo!'." Para llevar una existencia plena y satisfactoria, obviamente hace falta dedicar tiempo al trabajo; pero ¿a qué más? A la familia y al entretenimiento. ¿Cómo equilibrar estas importantes esferas de la vida?
Tiempo para el trabajo y tiempo para cada persona
Tenemos que trabajar para proveer a la familia, 'comer, beber y ver el bien por todo nuestro duro trabajo ‘. En efecto, trabajar largas horas, sacrificando el descanso o el entretenimiento adecuado, nos priva de muchas de las alegrías de la vida; además, provoca graves problemas de salud.
Trabajar en exceso de manera habitual se asocia con la obesidad, el alcoholismo, las enfermedades cardíaca, los accidentes labo¬rales, la drogodependencia, la ansiedad, la fatiga y la depresión, entre muchos otros tras¬tornos relacionados con el estrés. El exceso de trabajo puede ser incluso mortal. Según un informe, cerca de diez mil personas mueren anualmente en Japón por esta causa: la misma cantidad que muere por accidentes de tránsi¬to. Este fenómeno, conocido con el nombre de karoshi ("muerte por exceso de trabajo"), no es exclusivo de Japón.
Por otro lado, hay que anotar el atinado consejo de que: "Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esfor¬zarse tras el viento" Como vemos, es necesario ser equilibrados. Por eso, no debemos dejar que nuestra profesión se convierta en nuestra ob¬sesión. Tenemos que cuidar nuestra salud mental, física y emocio¬nal destinando tiempo para descansar, y gozar del fruto de nuestras labores.
"Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar", Armonizando el trabajo con el descanso y el tiempo libre, lograremos atender también las necesidades de la familia que cada uno tenga. Claro está, esto no es fácil, máxime cuan¬do hay cuentas que pagar.
No dejemos que la profesión se convierta en una obsesión
Equilibrio entre trabajo y familia
Muchas familias están sobrecargadas de ac¬tividades y emocionalmente desconectadas. "El trabajo roba casi todas las energías, y a los hijos les tocan las sobras". En una encuesta hecha entre adolescentes de Estados Unidos, 1 de cada 5 marcó como su mayor preocupación el hecho de "no pasar suficiente tiempo con sus padres". Otro sondeo llevado a cabo en el mis¬mo país señala que las parejas con doble fuen¬te de ingresos hablan entre sí solamente doce minutos al día.
"Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento."
¿DINERO O TIEMPO?
Varios expertos del siglo XX creían que los adelantos tecnológicos liberarían a la gente de la monotonía del trabajo y marcarían el comienzo de una "era de ocio nunca vista".
A principios de los años treinta, el pro¬fesor Julian Huxley auguró que en el futuro nadie tendría que trabajar más de dos días a la semana. El empresario Walter Gifford de¬claró que la tecnología le daría "a todo hom¬bre la oportunidad de hacer lo que quisiera" y "el tiempo para cultivar el arte de vivir [y] aumentar las comodidades y satisfacciones de la mente y el espíritu".
¿Y qué decir de las aspiraciones materia¬les de la gente? El sociólogo Henry Fairchild alardeó de que las fábricas "producirían, con una jornada laboral de no más de cuatro ho¬ras diarias, muchos más bienes que los que sabríamos aprovechar".
¿Se han cumplido tales profecías? Es cier¬to que el crecimiento económico durante los siglos XX y XXI ha sido realmente explosi¬vo. En teoría, la carga de trabajo debería ha¬ber aminorado de manera significativa; pero ¿cuál es la realidad? John de Graaf escribe: "[La gente] ha utilizado el aumento de la pro¬ductividad para conseguir más dinero -o bie¬nes, si se quiere- y no para disfrutar de más tiempo. Dicho llanamente, somos una socie¬dad que nos han convencido de que es preferible disfrutar del dinero que del tiempo".
No sacrificar los goces de la vida familiar por estar enfrascado en el trabajo
Hastiadas de la presión cada vez mayor que sobre ellas ejerce el trabajo, muchas personas están replanteándose sus prioridades y efec¬tuando cambios. Un padre de dos hi¬jos pequeños cuenta: "Yo trabajaba horas ex¬tras, y mi esposa, los fines de semana. Casi nunca nos veíamos. Finalmente, nos senta¬mos a analizar la vida que llevábamos y cam¬biamos la situación laboral. Ahora somos mu¬cho más felices". La gerente de una tienda, dice: "Esperábamos un segundo hijo, así que me puse a buscar un trabajo que se ajustara a nuestra situación familiar. Me conformé con ganar 10.000 dólares meno al año con tal de tener un mejor horario, pero valió la pena". Melina dejó su empleo al nacer su primera hija." No nos fue fácil acostumbrarnos nueva¬mente a una sola entrada -relata-, pero mi es¬poso y yo creemos que fue mejor que me que¬dara en casa con la hija en vez de ponerla en una guardería."
Hay que reconocer, sin embargo, que mu¬chas familias luchan para apenas llegar a fin de mes. Algunos esposos tienen dos empleos para sacar a flote a los suyos; en otros casos, trabajan el hombre y la mujer y dejan a los hi¬jos al cuidado de los abuelos o en una guarde¬ría. Las deudas adquiridas han hecho aumentar en gran manera la esclavitud.
Para otros muchos tal vez puedan hallar otras maneras de compaginar el empleo y las obligaciones fami¬liares. Lo esencial es no sacrificar los goces de la vida familiar por estar enfrascado en el tra¬bajo.
No cabe duda de que conciliar el trabajo, las diversiones y las necesidades familiares brinda múltiples beneficios. Para concluir, analizaremos en el siguiente artículo un in¬grediente todavía más importante para llevar una vida sencilla y equilibrada.
UNA VIDA SENCILLA Y EQUILIBRADA
LLEVAR una vida sencilla y equilibrada reporta muchos beneficios. ¿Pero qué impli¬ca? Ante todo, tal vez le convenga analizar sus prioridades. ¿Cómo?
Preguntarse: "¿Qué he logrado hasta ahora? ¿Qué me falta aún?". Enumere sus metas prin¬cipales…
Muchas personas tienen una visión miope y materialista de la vida. En realidad, dicen:
"Comamos y bebamos, porque mañana he¬mos de morir". Les parece que no hay nada mejor que el actual estilo de vida consumista de trabajar para gastar.
Muchas personas acumulan muchos bienes, para morir sin poder disfrutarlos. ¿Hace mal una persona al trabajar duro para proveerse de lo necesario? De ninguna manera. El problema es su actitud materialista. Por eso, toda su riqueza -todo aquello por lo que había luchado- a la larga no le sirve de nada. ¡Qué lamentable! La prioridad siempre debe de estar en el bienestar general de las personas.